Sr.
Cupido.
Presente
Sirva
esta misiva, con texto formal como aquel que se envía al procurador en busca de
atención y buenos oficios, para solicitarle re-considere mi ubicación en las
listas de sus tareas pendientes.
En
numerosas ocasiones hemos estado cara a cara usted y yo, y parece no recordar
mis solicitudes anteriores. Que aunque con palabras diferente y orden distinto
en cada una de ellas, he recurrido a usted para buscar la oportunidad de que
fleche algún corazón vacante para que sea intervenido por mi querer y logre
germinar.
De las
solicitudes anteriores, coincide en que el acuse de recibo viene sellado a
destiempo, o devuelto por cancelaciones varias. Una y otra vez lo que te pido
transcrito como una SOLICITUD DE OPORTUNIDAD PARA AMAR, ha sido DENEGADA,
RELEGADA, EXTRAVIADA O EQUIVOCADA, por cuanto ya estoy acostumbrada a repetir
cada noche el mismo ritual de volcarme en las letras para drenar algo de lo que
me aprisiona el pecho y me limita respirar.
Vierto
gotas de esta alma tan mía habida de amar, para drenar las conjugaciones del
verbo en tiempo “no puede ser” conjugación atípica propuesta por mí ya que no
sirven “pasados que quieran volver a ser presentes” ni “futuros que no estén acojonados
por la inminente mirada de su futuro”, el convertirse
en pasado.
Así
pues, esta noche decido escribirle para informarle que ya no espero más de
usted, ni flechas certeras, ni oportunidades, ni historias. He cambiado de dirección
laboral y de domicilio. Me he sacado el carnet de conducir para que no sepa dónde
voy si compro algún boleto, me mudo de compañía telefónica y de esperanzas en
sus buenos oficios. Todo ello por sus precarios servicios prestados.
Pero a
cambio y con el romanticismo propio de una mujer de letras y de palabra, que sabe recorrer del encanto a la cordura,
de la pasión al desconsuelo, de amar a
querer por respetar tu para siempre. Y en agradecimiento a todas esas fallidas
flechas de mala dirección y sin puntería, dedicaré el resto de mis días a contar
historias de tus aciertos y grandes amores, en lugar de recordarte que solo
esperé aquella oportunidad de amar y ser amada.
Se
despide, quien en adelante contará historias de amor con buena letras. Y
coleccionará amistades eternas…
Atentamente
Elisa
Lein