A C. Chicago. Por enseñarme a
vivir…
Permítame
saludarle, mi más humilde maestro.
Me está
enseñando a vivir, y bien sabe sin saberlo.
Me
invitó a pastar en sueños
Las
ovejas del camino
Me está
enseñando a reír,
Creo
que siga sin saberlo.
Me está
enseñando a vivir, mi muy humilde maestro.
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