Todos
los días me embarga y me ebriagan.
Los cantos
de las aceras,
el desinteresado
concepto del futuro en los niños.
Las aguas
que bajan a las entrañas de la tierra por las alcantarillas,
que ignoran
su agónico destino,
siempre pretenden el mar.
Sin saberlo,
regarán algún trozo de cemento sin pisar
Ésta impertinente
manía de querernos a pares,
cuando somos
aves de alas en par
Microbios
vivos en la habana vieja, en Praga o Ciudad del Cabo
No
tenemos más excusa que respirar.
Maniacos
verborréicos, nos consolamos
con hablarle
a la cama, y a la barra de un bar.
A los
besos de amantes en primavera
A los
gritos de gitanos vendiendo sorpresas,
buscando
una presa quizás que atracar
No concibo
más manía
Que esta
manía,
La de
volver a Amar.
Yo
quiero todo lo que hay en la noche primordial
Donde el
faro repose en otro pecho
En otro
verbo
En otra
manía de Hablar.