Cosas y casos sin-enmiendas

29.3.12

Carta a Cupido



Sr. Cupido.
Presente

Sirva esta misiva, con texto formal como aquel que se envía al procurador en busca de atención y buenos oficios, para solicitarle re-considere mi ubicación en las listas de sus tareas pendientes.
En numerosas ocasiones hemos estado cara a cara usted y yo, y parece no recordar mis solicitudes anteriores. Que aunque con palabras diferente y orden distinto en cada una de ellas, he recurrido a usted para buscar la oportunidad de que fleche algún corazón vacante para que sea intervenido por mi querer y logre germinar.
De las solicitudes anteriores, coincide en que el acuse de recibo viene sellado a destiempo, o devuelto por cancelaciones varias. Una y otra vez lo que te pido transcrito como una SOLICITUD DE OPORTUNIDAD PARA AMAR, ha sido DENEGADA, RELEGADA, EXTRAVIADA O EQUIVOCADA, por cuanto ya estoy acostumbrada a repetir cada noche el mismo ritual de volcarme en las letras para drenar algo de lo que me aprisiona el pecho y me limita respirar.
Vierto gotas de esta alma tan mía habida de amar, para drenar las conjugaciones del verbo en tiempo “no puede ser” conjugación atípica propuesta por mí ya que no sirven “pasados que quieran volver a ser presentes” ni “futuros que no estén acojonados por la inminente mirada de su futuro”, el convertirse en pasado.
Así pues, esta noche decido escribirle para informarle que ya no espero más de usted, ni flechas certeras, ni oportunidades, ni historias. He cambiado de dirección laboral y de domicilio. Me he sacado el carnet de conducir para que no sepa dónde voy si compro algún boleto, me mudo de compañía telefónica y de esperanzas en sus buenos oficios. Todo ello por sus precarios servicios prestados.
Pero a cambio y con el romanticismo propio de una mujer de letras y de palabra,  que sabe recorrer del encanto a la cordura, de la pasión al desconsuelo, de amar  a querer por respetar tu para siempre. Y en agradecimiento a todas esas fallidas flechas  de mala dirección  y sin puntería,  dedicaré el resto de mis días a contar historias de tus aciertos y grandes amores, en lugar de recordarte que solo esperé aquella oportunidad de amar y ser amada.
Se despide, quien en  adelante  contará historias de amor con buena letras. Y coleccionará amistades eternas…

Atentamente
Elisa Lein

16.3.12

Paciencia…



Una vez más despierto en el limbo, en el desasosiego de no saber contar los minutos y las horas que me separan de sentir.
A la misma conclusión me llevan todas las miradas, los gestos y las conversaciones, todos se han puesto de acuerdo y a coro me gritan a la cara como la voz de ¡fuego! en el paredón de los condenados a muerte… -¡preparen!, ¡apunten!, ¡paciencia!…
Así lo gritan, tus amigas que me dicen ¡No es momento! Mis deseos que me dicen espera un rato. Nos negamos a fracasar en la pasión de esos labios, si no va a ser nuestra para siempre.  Pero mi cordura busca excusas más elaboradas para convencer a los sentimientos de que se hagan los distraídos un momento, el tiempo justo para engañar a la cobardía y ser tan cuerdo de mandarte unas líneas, de escribirte un “Buenos días pincesa!” de buscar una canción oportuna para acariciar tu frente por las noches y antes de dormir y darte las gracias por existir,  a mi manera…
Entonces hoy aparco la maquinaria de guerra, bajo las armas, guardo los tanques y los morteros, y ordeno a mis soldados desnudarse y pecho al alba cultivar el campo, un campo de flores, versos y pentagramas… distráiganse pues mientras me conformo con mirarte.
Pero mi cabeza exige una explicación a mi actuación, y me dirijo al sabio diccionario para mirar que me dice de la palabra “Paciencia” éste reza escuetamente e que es la “actitud” que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien. De acuerdo con la tradición filosófica, "es la constancia valerosa que se opone al mal, y a pesar de lo que sufra el hombre no se deja dominar por él".
Entonces me fui a consultar a los filósofos y de camino a Platón tropecé con  Aristóteles y me dijo: .“De mirar has, en las líneas de mis Éticas. Si la virtud del equilibrio entre emociones extremas quieres alcanzar. Es más útil el punto medio: metriopatía. Con ella consiguiras sobreponete a las emociones fuertes forjadas por las desgracias o aflicciones. Para ello es necesario un entrenamiento práctico ante el asedio de los dolores y tristezas de la vida, una poliorcética, que  desarrollo el Estoicismo.
El Cristianismo, posteriormente, tiene a esta virtud personificada en la vida de personajes bíblicos como Job o el mismo Jesucristo. Esta virtud no cardinal (aunque puede ser parte de la cardinal Fortaleza) posee un vicio antitético en el pecado capital de la Ira, y siendo por ti yo le apunto un pecad mas la lujuria.
La paciencia es un rasgo de personalidad madura. Es la virtud de quienes saben sufrir y tolerar las contrariedades y adversidades con fortaleza y sin lamentarse. Esto hace que las personas que tienen paciencia sepan esperar con calma a que las cosas sucedan, ya que piensan que a las cosas que no dependan estrictamente de uno hay que darles tiempo.
Revolcada en conceptos, sabiduría ancestral filosófica y teológica expongo ahora mis pueriles razones para querer conquistarte, y no esperar a que de los sauces caigan las hojas y sea quizás otoño de nuevo o 2015.
 Pero ¿cómo educarme en la paciencia cuando se desborda mi pecho de ganas de amar? ¿En que cajón del armario se guardan las ganas de decir te quiero mirando a los ojos? ¿Cómo condenas a la calma al corazón que de deboca si siente tu respirar? ¿Cómo conjugas el resto de verbos cuando te quedaste en la A de Amar y quedan veintidós letras de distancia entre  ese verbo y Tener (tenerte).
Ojala Dioses, filósofos, alquimistas, actores y magos convengan el participar de la tarea de esperarte mientras crece en mi la paciencia que no tengo para llegar a amar con puntos suspensivos  hasta un SIEMPRE…

14.3.12

El Camino, el castillo y un Dios




El temblor advierte del miedo, el cuerpo es débil y tremola cual palma al viento, incluso puedes oírte temblar. La decisión está tomada, el camino estrecho esta dibujado y pretendo completarlo. Llegar a ti de la manera que sea posible.
Me apetece tanto conocer tu ser, en toda su expresión. Tus gustos, tus afectos, tus delirios, tus caprichos, lo que tienes y te falta, lo que gastas y te sobra. ¿Me permitirías un día remontarme en tu pecho y mirar desde ahí el horizonte que miras? Asi podría saber donde construiré un castillo de sentimientos que tenga por bases la pasión, la tranquilidad, la comprensión, y la locura. En la torre derecha elevar el deseo a ras de cielo, en la izquierda el devocionario de tu mirada donde pueda lanzarme en paracaídas, parapente o caída libre hasta el foso de tu boca. En ella como naufrago a la deriva alcanzar la condena del calabozo de tus manos.
Tendrá caballerizas y patio de armas donde planificar las batallas para alcanzar la conquista de tu cuerpo. Cerca de ellos una torre de homenaje a tu risa y una capilla para tu voz, que permita la acústica exacta que sea capaz de repetirme desde tu respiración hasta tus gritos a la guarda de un Dios, el mismo que le pido las fuerzas necesarias para andar el camino, vencer el miedo y construirte el castillo.

12.3.12

Podría...


 

Podría morir y volver a nacer por su risa.



Podría velar sus sueños, su quebranto.



Podría mimarle francamente por años, sin gastar mis 


manos de tanto acariciarla.







Pero hoy decidí... Por no poder…

Que por tanto amarte te dejo…



 que por tanto amarte te traje…


y que quiero en tu libertad mi esperanza de saberte libre 



de armar una historia con final feliz aunque en esa historia 



feliz la protagonista sea otra.


Un secreto? por unos trapos al sol...



Cuida muy bien los labios que te han de besar para que sepan conservar el secreto de tu boca
Piensa muy bien en el cuerpo que has de recorre, puede convertirse en la cárcel de tus manos.
Escoge con pudor y protege con celo aquello que callas, porque como oídos perversos lo descubran el mundo entero podría conocer tu secreto.
Vela con actitud de cancerbero los sueños que tienes, al compartirlos pueden convertirse en tu última voluntad antes de soltar la guillotina en el cadalso.