Podría morir
y volver a nacer por su risa.
Podría
velar sus sueños, su quebranto.
Podría
mimarle francamente por años, sin gastar mis
manos de tanto acariciarla.
Pero
hoy decidí... Por no poder…
que por tanto amarte te traje…
y que quiero en tu
libertad mi esperanza de saberte libre
de armar una historia con final feliz
aunque en esa historia
feliz la protagonista sea otra.
hola
ResponderEliminardeseo que si que ahora puedas leer