Cosas y casos sin-enmiendas

13.3.09

El silencio


Si pudiera gritarlo, lo haría, pero son muchos los parámetros que tengo que estudiar para arriesgarme a decirle al mundo lo que siento, e inevitablemente al distraerme en ello perdería las fuerzas de gritar y conservando la compostura callo y ¿guardo para mí lo más rico de mis sentimiento? Será esa la mejor manera de sentir.
Hoy no me preocupo por gritar, pero este susurro de entre líneas me permite conservar las cosquillas que me corren por las venas cuando te veo llegar. El placer exacto de al poder respirar el aire que respiras, inevitablemente embarcándome en la espera de mirar fijamente a tus ojos y disfrutar la maravilla de verte, es verte por dentro, como si ellos me contaran palmo a palmo lo que hay dentro de ti. Y en ese momento vuelvo a la vulnerable realidad del silencio, pues me advierto en un pozo profundo y oscuro que me recuerda que debo guardar silencio porque no le conviene al mundo escuchar lo que siento.