¡Aquí yace quien te deseó a rienda suela!
(por no
decir quién te amó a manos llenas,
que es
multiplicar mi condena)
¡Aquí yace quien te desea la fortuna de
todos los orgasmos que no te daran nunca más!
A ella no le deseo ningún mal,
Ya tendrá la suerte de conocer.
Tus dos caras princesa.
Morirá bajo la misma suerte,
cuando despierten tus demonios otra tempestad.
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