Ahí estaba, frente a frente con el destino.
Le invite a cenar, le lleve a bailar, estaría todo a punto para que durmiera conmigo.
Pero amaneció el domingo y la cama grande seguía vacía.
Y el destino tonto se fue de copas, ahogando sus plegarias en cantinas.
Le invite a cenar, le lleve a bailar, estaría todo a punto para que durmiera conmigo.
Pero amaneció el domingo y la cama grande seguía vacía.
Y el destino tonto se fue de copas, ahogando sus plegarias en cantinas.
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