Acepto
ser esa imagen en el espejo,
que me
mira sin poder mirarme,
que me
quiere sin poder amarme,
porque
ni yo misma se querer
lo que
deseo ver.
Mi
imagen en el espejo,
cuando
te besaba por la espalda,
tu
mirabas sin querer.
Mi
deseo, de hacerte mi mujer,
Cuando
yo ilusa fui tu mujer
Al
entregarte mi ser.
Esa
noche mientras compartimos alientos
bailábamos
El
placer de sentir
Tu sexo
tan cerca del mío.
Es
mucho más que un tango o un bolero.
Era
amor verdadero.
La
gloria de Dios,
Esa que
ama, perdona y olvida,
Porque
de él es el reino de los cielos.
La
pasión y el consuelo.
Tu mano
en mi pecho
Y
quizás tu boca en mi seno,
Mientras
mi alma te toca sin remedio, buscándote el placer.