¿Por
qué querer duele tanto?
Y no a
modo de interrogación.
No hay que tener miedo de aceptarlo,
“Querer”
no es un simple verbo.
¡Y me atrevo
a asegurarlo!.
Con estas
manos mustias de apretar la nada,
con estos
labios rotos de besar al viento,
con este
corazón remendado ya tantas veces,
y con los
cadáveres de sueños rotos como escarpias
creo
que tengo muestras suficientes para decir que
¡Duele!
Duele,
el recurso difuso de recordar tu sonrisa.
Duele, el
amarillo del prado cuando se acerca el otoño
Me
duele lo que decía Lorca
El aire
el corazón y el sombrero…
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