Cosas y casos sin-enmiendas

22.6.13

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1680


En ese año un monje descubrió tu existencia fue de Europa  al nuevo continente para hurgar entre los paisajes novedosos de la tierra de la  luz permanente y clima impasible.
Ahí entre la selva y la montaña estaba, bella, fuerte, con un mecanismo de protección contra los embates del clima. Rígida de piel por fuera, hábil de savia por dentro.
Lo que ves no son sépalos ni pétalos, son  un término medio “tépalos” que con rigidez y coraje protegen su sexo, solo hábil de cultivar por escarabajos.
Estás aquí desde antes que las abejas, seguramente has visto nacer y extinguirse colonias enteras, especies enteras, y tu, intacta, fuerte y hermosa como la que más.
Quiero parecerme a ti, así, de dentro hacia fuera, conservar la belleza y el color, el olor y el poder de la creación a partir de tu polen. Pero sobre todo el rigor de tus tépalos que no se doblegan ante la belleza de ninguna otra, Magnolia.

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