Cosas y casos sin-enmiendas

9.3.13

Otra carta, mientras tanto…



¡!Hola!, ¿que tal la vida?
Te escribo esta carta para hacerte saber que te espero. Tengo muchos años buscándote, pero como no te he encontrado, he decido sentarme a esperarte. Mientras tanto miro pasar caras que podrían ser la tuya,  que dibujan ojos ansiosos o serenos, risas estridentes o sublimes. Bocas con palabras compresivas o temerarias. Y mientras tanto espero identificarte entre ellas.
Así, mientras te espero, atiendo las anatomías varias que pasan a mi vera buscando las manos deseosas de acaricias que me encuentren. Las piernas fuertes que quieran caminar conmigo. Los hombros solidarios que quieran compartir mi carga y mezclarla con la suya para hacer el camino más ligero de equipaje.
Mientras tanto, preparo un arsenal de besos, risas y te quiero vestidos de para siempre, para que estén listos para tu bienvenida. Pinto de colores cálidos las paredes de mi alma para que estén prolijas esperando tu llegada. Pongo sabanas de ensueño para cuando llegues a casa tengas cobijo.
He llenado la alacena de conservas preparadas con mis manos, les he puesto etiquetas y fecha de caducidad, tengo de deseo los suficientes para encender tu piel por algunos años, se preparan con zumos de frutas frescas y especias varias para hacer hervir de piel a dentro todas tus células.  También hay algunas de compartir llenas de futuro que te esperan para ponerle la etiqueta contigo.  Ha! Y he preparado unas de alegría y optimismo que no tienen fecha de caducidad, se reciclan al destaparlas y se rellenan de vivencias diarias, así cuando se pongan viejas le cambiamos la etiqueta por “recuerdos” así podremos disfrutarlas cuando nuestros cuerpos cansados por los años les anhelen.
Dicho esto, espero vengas a mi encuentro cuando puedas, no dudes en llamar a la puerta por si me he dormido esperándote. Si me consigues despierta sabrás lo que celebro tu llegada cuando mi sonrisa permanente sea franca y espontanea nada más al mirarte. Y cuando caiga en el letargo de escucharte hablar mire fijamente a tus ojos y el brillo de los míos aplauda a la vida en agradecimiento porque existes y porque hayas llegado a mí, como agua de mayo.
Ahora voy a seguir soñando contigo para que amanezca antes mañana

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