Ayer mientras conversábamos
Preguntaste que era el alma.
Yo inmediatamente asistí con alguna frase como:
“Es eso que tienes entre pecho y espalda que te hace andar, desear, admirar, amar, extrañar, sentir, extrañar, insólitamente depender y sobre todo soñar”.
Todos esos extrañar, no son un error de transcripción, son la redundancia de aquello que no tenemos en nuestro interior, que por incomprensible o por obvio nos fluye como la sangre en las venas.
Esa rara actividad de echar de menos algo que no conocemos,
Ese celador callado que mira desde el interior y nos recuerda que afuera
Hay mucho más por que vivir.
No quiero esconder más la mía,
Mi alma no merece vivir así,
No quiero que siga en el fondo de los pliegues de la piel
Quiero permitirme la locura de soñar con que se funda con la tuya,
Se vierta despacio por los poros de tu piel y consiga anidar en tu interior.
¿Quieres permitirme la osadía de amarte para probar lo que se siente tocar al cielo aunque sea una vez?
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