A la
primera mujer que amé en la vida,
escribo
con razón esta plegaria.
A Dios
agradezco la gran dicha,
de
haberte amado a ti, mi gran dama.
No he
sabido decirte con pericia,
lo que
te quiero ¡Guapa!, quizás con poca gracia
Me
criaste y soy de ti,
Mi vida
ahora es cuando arranca.
Te
quise sin querer, antes de haberte querido
Te
quise sin conocer, lo duro que sería vivir contigo
Te
quiero a más no poder,
Aunque
tu rabia rompan lo mío
Te
quiero madre, sin medida
Porque
de ti tengo lo más vivo
Vivir
la vida sin mí
Luego
de que me dieras
Y yo,
sin ni siquiera pedirlo
Gracias
madre por acunarme en tu pecho
Gracias
madre por ser lo que más admiro
Gracias
madre porque sin ti no tengo lecho
Más que
el amor vivido
Porque
siempre estás conmigo
Aunque
un océano de silencio sea nuestro castigo
Te
quiero madre
La
primera mujer que en este mundo amé
Y a la
que nunca lograr olvidaré
Y en tu
pecho siempre soñaré
El
latido de un corazón que es como el mío.